viernes, 16 de marzo de 2012

camino al monte


"pero dejame decirte algo: tu corazón es un chino." (L. Amuchástegui)



me despierto loca, veloz, una sabrosa costra de pan revuelta en la sábana
trabajando en el sueño, laborando corazones y estigmas irresolutos.
después veo a la gente transitar un camino desolado que lleva al monte
deshojando roseta y amor seco, latigando polvareda. es obvio
que los caminos nos dejan olvidar la vida, naturalmente, nos dejan pasearla
sin gustar de nada. es obvio, por la huella que se lleva el viento y la
revolea como un pájaro muerto. es obvio, por la arenilla en el ojo.
me viste despertar loca, me sujetás al cielo con un nombre, me lanzás
como un verbo sin conjugación: impracticable.
es obvio que si vas, si venís se retuerzan los horizontes, se plagie tu sombra.
si me cocés como a una langosta. si me explorás como a una rana abierta al medio.
se deshace longitudinal la mielcita de los poemas, desperdigado panadero,
yendo y viniendo ese barco ebrio del amor, perezoso, mutante, dando lástima.
te diría otras obviedades, otras imbecilidades mías, dibujos en el aire,
mirá, allá se va la gente hacia el monte, pateando pedregullo
ramitas de cedrón entre los dientes, las obviedades nos recortan con tijeretas
de las que silban en el aire, nos trabaja el tiempo como agua a la roca,
mirá el monte, la tardecita aquella saliendo entre el chañar, la nube,
el cielo, la flor, oí: el amor es un pájaro alerta.

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