viernes, 16 de enero de 2015

colibríes y otras cosas fugaces

1
es muy adecuado que lo sepas:
lo único que conservo son estos ratos
a solas
observando los colibríes
su sangre acelerada, su vuelo inmóvil, su zumbido.
yo, en cambio, detengo absolutamente todo para mirarlos.
es muy adecuado que lo diga:
lo único que conservo es ese momento
fugaz
cuando el colibrí regresa a mi ventana.

2
creo comprender el tiempo de las cosas,
los ciclos verticales del amor y el desencanto, como en cascada.
se me evaporan de libélulas mis príncipes azules en la orilla
el tiempo les borra la cara, la coloración de la pupila ¿era verde, era gris?
ya no sueño con sus nombres tejiendo nubes algodonosas
en el cielo cuajado de la tarde,
ni tiemblo cuando alguien los trae arriándolos como espesas
gotas de melaza sobre el vidrio empañado.
creo haber entendido el silencio del hombre, el silencio
profundo que hacen los hombres cuando no aman.
comprendo el tiempo de los sueños que como pompas
revientan al levantar apenas vuelo.
no creo en eso que me dijiste, ni creo en nada que me vayas a decir,
tranquilamente haré un bollo del poema que te escriba
y le contaré un cuento a ese niño corazón que hace berrinche.

3
te miro largamente
como si fueras un sueño en deja vu, doblado en el párpado
oigo tu voz en un mensaje grabado, lo rebobino dentro
te dejo roerme como un animal salvaje, comerme viva
¿es esto amor? ¿ es esto dolor o deseo?
nada nace aquí, nada persiste, sentir es una pequeña muerte.

1 comentario:

Verónica Cento dijo...

Querida, tiempo sin pasar por este jardín.
Me llevo esta imagen grabada, quizás me haga bien escucharla, una y otra vez.

"creo haber entendido el silencio del hombre, el silencio
profundo que hacen los hombres cuando no aman"

Abrazo fuerte.